La definición de la palabra EMPATÍA es "compenetración afectiva e intelectual de dos seres" o, dicho en otras y más corrientes palabras: "ponerse en el lugar del otro". Este es el efecto que nos causan las imágenes que en estos momentos recorren el mundo. Nos duelen en la piel aunque no estuviésemos a bordo de ese tren que arribó de la peor manera a la estación terminal de Once.
Lo primero que surgen son preguntas: ¿Qué pasó? ¿Cómo pudo ocurrir? ¿Qué falló? ¿Se pudo haber evitado?.
Por un momento el dolor nos pertenece, se hace carne en nuestros corazones y pensamos que cualquiera de nosotros pudo haberse encontrado en ese momento y en ese lugar al momento del accidente. Luego un espíritu justiciero nos invade y queremos a un responsable que se haga cargo de dar explicaciones al menos de lo ocurrido. Por último y echando mano al último recurso que nos queda, sólo buscamos culpables. Es en ese momento cuando desplazamos a la empatía y nos invade la antipatía, el rechazo hacia alguien de quién aun no tenemos ni siquiera el nombre. En momentos como éste en los que el dolor nos invade, antes de buscar culpables debieramos pensar en encontrar soluciones o, como dictan las viejas y sabias consignas de la prevención, tomar medidas con miras a que estos episodios NO OCURRAN y no esperar que los hechos nos lleven por delante y buscar respuestas donde no las hay.
El dolor nos invade a todos y la angustia de ese medio centenar de familias la hacemos nuestra para acercar nuestras palabras de aliento y solidaridad.
En Brandsen sabemos lo que significan este tipo de accidentes ferroviarios, ya que fue en nuestro pueblo donde se produjo uno de los más grandes que recuerda la historia, el que protagonizara EL LUCIÉRNAGA también en una madrugada de Febrero de hace ya muchos años.
A todas las familias de los damnificados por este nuevo y fatal accidente, nuestras condolencias, nuestra solidaridad y nuestra mano tendida.
Secretaria de Comunicación
Causa popular-kolina Brandsen.
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