EPIGRAFE: Estalló el Concejo al
imponerse desde el oficialismo la modificación del reglamento interno que le
pone una mordaza al bloque Kolina.
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Concejo
Deliberante
Brandsen:
El reglamento de la mayoría
Muchas escenas que se observaron durante este
año en el Concejo Deliberante local han logrado curtir la capacidad de asombro
de varios de los que asiduamente suelen presenciar las sesiones. Sin embargo,
si hay algo en lo que parece perfeccionarse la mayoría oficialista es en
utilizar recursos para dejar boquiabiertos a propios y extraños.
Era una maratónica sesión que lucía apacible
más allá de algunos debates propios del recinto. No obstante, ya en los últimos
puntos, la olla a presión volvió a estallar y esta vez con más fuerza que
nunca. El detonante fue nuevamente la puesta en marcha de la maquinaria de la
mayoría automática. Aunque en esta oportunidad se hizo mediante un mecanismo
que dejó en el ambiente la preocupante sensación de las voces silenciadas.
De un
dictamen, a otra cosa
Todo comenzó cuando llegó el punto donde se
trataba un dictamen sobre la creación de la comisión interna de seguridad en el
ámbito del Concejo, propuesta que había sido elevada sesiones atrás por el
radicalismo teniendo en cuenta que el municipio se sumó al sistema de policía
comunal, creando además la
Dirección de Seguridad. Al respecto, el concejal radical
Antonio Marra (h) afirmó: “Empecemos a trabajar de una vez por todas en esta
cuestión que tiene muy inquieta a la comunidad”
Luego de Marra, llegó el turno de la edil
oficialista Luciana Villano, quien mocionó por pasar a un cuarto intermedio
para “modificar” el dictamen propuesto y hacer otro “en conjunto, aunque en
realidad lo que se tenía pensado desde el oficialismo era suplantar ese
dictamen por un proyecto de modificación del reglamento interno del Concejo.
Paréntesis
aclaratorio
Seguramente usted, estimado lector, se
preguntará ¿Qué tiene que ver un dictamen de creación de la comisión de seguridad
con otro que apunta a la modificación del reglamento interno del Concejo?
Pregunta tan válida como difícil de justificar.
Lo cierto es que, dentro de las modificaciones
planteadas al reglamento interno, desde el oficialismo se propone allí la
creación de una comisión que abarque el tema seguridad aunque bajo el nombre de
‘Comisión de protección ciudadana’. Asimismo, se escuda con que en el proyecto
original se habla de una modificación al reglamento interno, aunque sólo era
para lo que ataña a las comisiones.
¿Qué es lo que se modifica? Son varios
artículos que le dan marcada prioridad a la mayoría, creando, además de la
comisión de protección ciudadana, las comisiones de Cultura y Educación y la de
Derechos Humanos. Pero hay un punto por demás polémico: en la modificación del
artículo 26 se expresa que “la designación de los miembros de las comisiones
internas serán a propuestas del bloque de partido o alianza con el que fuera
electo cada concejal”.
Con esto, los concejales que se despegan de su
bloque originario para conformar otros bloques, quedarían sin posibilidad de
impulsar sus proyectos en comisiones. Traducido a la actualidad: el bloque
Kolina-Causa Popular, representado por Marcelo Castillo, quedaría al margen de
los trabajos en comisión, con todo lo que ello implica.
El
estallido
Al volver del cuarto intermedio pedido por
Villano, Giovannone directamente llamó a poner a votación el dictamen del
oficialismo (de modificación del reglamento interno) el cual no tenía despacho
de comisión, pretendiendo no dar siquiera lectura del proyecto. Ante este acto
de avasallamiento a las minorías, se desató la furia de los ediles opositores, quienes
afirmaron que era ilegal lo que se estaba haciendo.
Pero la mayoría oficialista hizo caso omiso a
eso. Así dadas las cosas, el concejal radical, Raúl Paz, apuntó al oficialismo:
“Está bien que se han hecho 400 transgresiones, una más no le hace nada, pero
es una transgresión bestial. No se puede creer. Le pido que me contesten en qué
se basan para hacer esto”.
Artículo
82
Enseguida, la edil Luciana Villano le
respondió a Paz: “El artículo 82 del reglamento interno permite que podamos
hacer modificaciones en los proyectos o dictamines presentados en su totalidad
o parcialmente, sobre ese artículo nos estamos basando”.
Ante esto, Paz replicó: “El artículo 82 habla
de proyectos no de dictamines”. En efecto, este artículo señala: “Durante la
discusión en particular de algún PROYECTO, podrá presentarse otro u otros
artículos que sustituyan parcial o totalmente el artículo que estuvieran
discutiendo, o modifique o adicionen o supriman algo de ellos”.
La peor
de la historia
Posteriormente, Paz le manifestó decepcionado
a Giovannone: “No tengan duda que van a hacer historia: vamos a ser la
composición, lamento integrarla, la peor composición de toda la historia de
este pueblo, porque las transgresiones que hay acá, el manipuleo y esta forma
de tapar y ‘hago lo que quiero porque tengo la mayoría’ nunca la vi”.
Por su parte, el concejal de Kolina, Marcelo
Castillo, quién es el más perjudicado en esta modificación del reglamento, marcó
su indignación: “Se avasalla la
Ley Orgánica Municipal en varios artículos que no lo vamos a
desarrollar, solamente me voy a quedar con una conclusión: Ojala se hubiera
usado esta habilidad para haber resuelto lo mínimo que tendrían que haberle
resuelto al pueblo durante estos meses”.
La
contradicción
Argumentando la maniobra de su bloque, Villano
expresó: “El dictamen tiene que ver con un ordenamiento y con un intento de
trabajar más fuertemente en comisiones”. Pero en esta última declaración, el
concejal Castillo observó una clara contradicción: “Esto es un avasallamiento
de las normas, de las libertades pero que no me digan que la idea es trabajar
más en comisión porque si la idea era trabajar más en comisión no hubieran
hecho lo que acaban de hacer que lamentablemente la comunidad no lo va a ver
bien, recapaciten. Fíjense que ni siquiera ese argumento es válido”.
Más allá de estas observaciones, la mayoría
que responde al intendente Gastón Arias hizo posible una maniobra que pone una
mordaza al bloque Kolina, generando un serio antecedente que pone en peligro la
estabilidad democrática en el Concejo.